El sistema de producción y consumo lineal de nuestra economía actual (extracción, fabricación, utilización y eliminación) ha alcanzado sus límites, debido a que se empieza a contemplar el agotamiento de recursos naturales y de combustibles fósiles. La Economía Circular, propone un nuevo modelo de sociedad que utiliza y optimiza los flujos de materiales, energía y residuos, con el objetivo de buscar la mayor eficiencia en el uso de los recursos.
En un contexto de escasez de recursos, como es el actual, y una mayor fluctuación en el coste de las materias primas, la Economía Circular contribuye a la seguridad del suministro y a la reindustrialización, generando nuevos modelos de negocio y nuevos puestos de trabajo.
Los residuos que actualmente se destruyen y almacenan en grandes vertederos se convierten en recursos para otras empresas, consiguiendo convertir dichos residuos en nuevas materias primas para la elaboración de nuevos productos o para dar una segunda vida a esos productos que se consideraban residuos.
La economía circular descansa en varios principios:
- La eco-concepción: considera los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su concepción.
- La ecología industrial y territorial: establecimiento de un modo de organización industrial en un mismo territorio caracterizado por una gestión optimizada de los stocks y de los flujos de materiales, energía y servicios.
- La economía de la “funcionalidad”: privilegiar el uso frente a la posesión, la venta de un servicio frente a un bien.
- El segundo uso: reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no se corresponden a las necesidades iniciales de los consumidores.
- La reutilización: reutilizar ciertos residuos o ciertas partes de los mismos, que todavía pueden funcionar para la elaboración de nuevos productos.
- La reparación: encontrar una segunda vida a los productos estropeados.
- El reciclaje: aprovechar los materiales que se encuentran en los residuos.
- La valorización: aprovechar energéticamente los residuos que no se pueden reciclar.
La implantación de un nuevo modelo de producción y consumo como es la Economía Circular debería ayudar a reducir la extracción y el uso de los recursos finitos, reducir la producción de residuos y a controlar el consumo de energía además de generar beneficios ambientales y riqueza y empleo.
Cada año, en Europa, se utilizan un promedio de 16 toneladas de materiales por persona para mover nuestra economía. Y además, alrededor de 6 toneladas por persona se convierten en residuos. Por otra parte, casi la mitad de los residuos generados terminan en vertederos.
La parte integral del enfoque de la UE para la eficiencia de los recursos debe desmarcarse de la economía lineal -donde se extraen los materiales de la tierra para fabricar los productos, usarlos y luego eliminarlos-, hacia una economía circular –donde los residuos y los subproductos, del final de vida de los productos usados, entran de nuevo en el ciclo de producción como materias primas secundarias. En definitiva, el uso de residuos como la principal fuente de materia prima fiable es esencial para la Unión Europea.
Existe una fuerte motivación económica y empresarial a favor de la economía circular y la eficiencia de los recursos. De hecho, la Comisión Europea, como órgano colegiado, ha adoptado la eficiencia de los recursos como un pilar central de su estrategia económica estructural Europa 2020».
Esta estrategia se ha ido desarrollando en una serie de actuaciones como la publicación, en diciembre de 2015, de la comunicación “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular”, donde se plantea la transición de Europa a una economía más circular. Este plan de acción se ha concretado en la revisión orientada a la circularidad de las directivas relacionadas con los residuos y la adopción de la nueva directiva de plásticos.
Recientemente, en 2019 y 2020, dos nuevos instrumentos estratégicos han visto la luz, el “Pacto Verde Europeo”, que es la hoja de ruta para dotar a la UE de una economía sostenible, integrando un cambio sistémico que busca un impacto positivo en la economía, el planeta y las personas; y el “Nuevo Plan de Acción Europeo de Economía Circular”, que pretende adaptar la economía a un futuro ecológico e hipocarbónica, fortaleciendo la competitividad de la UE, protegiendo el medio ambiente y otorgando nuevos derechos a los consumidores.
Fuente: https://economiacircular.org/